Y la basura se convirtió en lechuga

28.11.2011 19:58

 

La parte trasera de la Institución Educativa San Vicente de Paúl, sede El Diamante, era un depósito de escombros y basuras. Además, contaba con  una construcción en ruinas que se convirtió en refugio para personas indeseables. Pero esto cambió, gracias al esfuerzo del Coordinador del colegio don Eleazar Herrera, a la Junta de Acción Comunal Las Cometas, a la Corporación Naturaleza Latina, a la Junta de Acción Comunal El Diamante, a los padres de familia,  alumnos y habitantes del sector, quienes lograron impulsar en el lugar una Huerta Ecológica.

Nace la Huerta Ecológica

 

En el año 2007, la Junta de Acción Comunal Las Cometas,  ganó el contrato de Guardianes Ambientales, un programa que promueve la educación ambiental y,  con recursos del programa de Planeación y Presupuesto Participativo, recupera zonas deterioradas de la comuna, como lo hizo con la parte trasera de la Institución Educativa San Vicente de Paúl. La Alcaldía de Medellín aportó el transporte para retirar los escombros del lugar  y colocó a disposición de ese proyecto, un ingeniero ambiental. “Se constituyeron convites entre los estudiantes, padres de familia y habitantes del sector para echar pico y pala todos los sábados con el objetivo de cambiarle la cara a esa parte del colegio”, comentó Miriam Restrepo, Representante de la Corporación Naturaleza Latina.
En el 2008, la Alcaldía de Medellín, en alianza con la Comunidad Europea, les entregó abonos y semillas a los Guardianes Ambientales. Ellos prepararon la tierra y se comenzó a sembrar cebolla, lechuga, auyama, plátano, tomate y plantas ornamentales. El Coordinador de la Institución, le proporcionó un pedazo de terreno a todo el que deseaba apoyar la Huerta Ambiental.  
“La producción era reducida, pues la tierra no era muy fértil. Estaban sembrando sobre escombros. Pero lo que cosechaban, servía para el consumo doméstico de quienes trabajaban en la huerta”, dijo Miriam Restrepo.

La educación ambiental

Gerardo Ibarra y Teresa Chaspuengal, llegaron a Medellín desplazados del Departamento de Nariño. Gracias al amplio conocimiento que tenían del campo, se integraron sin dificultad  a la Huerta Ecológica. “Gerardo sabía mucho. Mientras uno sembraba una hilera de lechuga, él ya tenía una grandota. Lástima que murió”, dijo Miriam Restrepo. “Y ni hablar de don Ángel Higuita y su hijo, Jaime Higuita, dos personas que siguen sembrando y mantienen viva la huerta“, agregó.  
Los estudiantes formaron una cooperativa  para vender los productos de la Huerta Ambiental una  vez  en la  semana. Parte de las ganancias era  para los que trabajaban la tierra y el resto se destinaba a la Institución Educativa San Vicente de Paul sector Diamante. 
En el 2009, los alumnos y las madres planearon estrategias para solucionar el problema  de los residuos en el colegio. Los padres de familia se dieron cuenta del esfuerzo que implicaba cultivar una lechuga y empezaron a llevar los residuos orgánicos  de sus casas para abonar la Huerta Ecológica.
Ese mismo año se vinculó la Corporación Naturaleza Latina, con un proyecto de educación ambiental para los estudiantes y la comunidad que se llamaba “Una nueva relación - Tú y la Basura”, en el cual se sensibilizaron 450 personas.

Gran parte de la Huerta Ecológica puede desaparecer

En la actualidad, la Huerta Ambiental es dirigida por Tomás Cano, Carlos Cano, Lucy Uribe, Lurdes Uribe, la Mesa de Educación de la Institución Educativa San Vicente de Paul, el Coordinador Eleazar Herrera y Miriam Restrepo.
Ahora quien la visita puede observar cultivos de fríjol, chócolo, plátano, cebolla de rama, cebolla de huevo, cilantro, orégano, lechuga y auyama. También hay gallinas, curíes y gansos. Además, allí vive Perla, una perra de raza Labrador que protege la huerta de los ladrones.
La Secretaría de Educación planea construir una placa deportiva en la Institución. El único terreno disponible es el de la Huerta Ecológica, por lo cual se perderá gran parte del terreno sembrado.

 

 

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