En diciembre, cuando por acuerdo metropolitano se apruebe el Plan Directriz Bio 2030, las futuras administraciones locales del Valle de Aburrá estarán en la obligación de ejecutar el programa. Este plan cubrirá un periodo de 20 años, que corresponde a cinco administraciones municipales, tiempo necesario para realizar los cambios pertinentes que garanticen la sostenibilidad del Valle de Aburrá.
Este plan cubrirá un periodo de 20 años, que corresponde a cinco administraciones municipales, tiempo necesario para realizar los cambios pertinentes que garanticen la sostenibilidad del Valle de Aburrá. |
¿Cómo se imagina Medellín en 20 años? La respuesta a esta pregunta la vienen discutiendo cada mes, desde hace más de un año, los alcaldes del Valle de Aburrá.
El propósito es formular un plan que les permita, a las administraciones futuras, entender y actuar frente a las dinámicas sociales, culturales, medio ambientales y geográficas de los municipios que constituyen el área metropolitana, explica Mauricio Valencia, director de Planeación de Medellín.
Para eso se está gestando el Plan Directriz Bio 2030. La Universidad Eafit, a través del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, es el grupo encargado de coordinar el proceso.
La propuesta es diseñar unas políticas respetuosas con el ser humano, además de apostarle a la sostenibilidad, manifiesta Juan Luis Mejía Arango, rector del centro educativo.
El Plan pretende darle la cara al río Medellín y “dejar de construir la ciudad a sus espaldas”, dice.
La socialización del Plan se realizó en Plaza Mayor. Mauricio Faciolince, director del Área Metropolitana, les recordó a los asistentes su responsabilidad.
El Plan tiene que asumirse desde la sociedad civil, desde las universidades y de los gremios como un proyecto ciudadano, no político, en el que todos nos planteemos hacia dónde tiene que ir el Valle de Aburrá en los próximos 20 años, reflexiona Faciolince.
En diciembre, cuando la Junta Metropolitana apruebe el Plan, será de obligatorio cumplimiento. “Ahora la nueva ley de ordenamiento territorial ordena a las entidades territoriales tener instrumentos de planificación hacia el futuro y ese va hacer Bio 2030”, sostiene el director del Área Metropolitana.
Medio ambiente, movilidad y escenario del Río constituyen los pilares de esta estrategia que busca que cada habitante, de cualquiera de los municipios del área, no se sienta viviendo en Girardota, Caldas o Medellín, sienta que vive en una región, conformada por diez municipios.
-Bajo la zona urbana del Valle de Aburrá existe una reserva de agua subterránea mayor a los embalses de Río Grande o La Fé.
-Solo el 12 por ciento de la energía total que consume el Valle de Aburrá para la industria, el transporte y la vida doméstica es energía hidroeléctrica. El 88 por ciento restante proviene de combustibles fósiles.
-Solo el 19 por ciento del agua que se consume en el Valle de Aburrá proviene de fuentes locales. El 81 por ciento restante se transvasa desde cuencas externas.
-Articular el espacio público y las zonas de conservación ambiental.
-Proteger el recurso hídrico local: reducir la vulnerabilidad ante amenazas de origen hidrológico y ocupar las laderas de forma segura.
-Incrementar y equilibrar la oferta de espacio público y áreas verdes por habitante.
-Fortalecer la conectividad del espacio público y la movilidad limpia.
-Dotar las infraestructuras urbanas de funciones ambientales.
-En el Valle de Aburrá, más del 75 por ciento de las emisiones de material particulado más fino, es decir, más nocivo para la salud, proviene del funcionamiento del parque automotor.
-Solo el 38 por ciento de los viajes se realizan en modos limpios (Metro, caminata, bicicleta).
-Conectividad regional e internacional para la competitividad.
- Integración territorial, inclusión y la equidad social.
-Consolidación del sistema estructurante y hacer del SIT la mejor opción.
-Humanización de la infraestructura.
-Mitigación de los impactos ambientales.
-Gestión metropolitana de la movilidad.
- Hacer del río el gran centro de actividades y hábitat del Área Metropolitana.
- Exigir en los nuevos desarrollos la aplicación efectiva de los principios de sostenibilidad: compacidad, complejidad, eficiencia y cohesión social.
- Valoración del sistema hídrico como marco de vida.
- Humanizar y racionalizar las infraestructuras de movilidad asociadas al río.
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