Un combustible eficiente y limpio

14.12.2011 21:20

 

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional intentan producir un combustible tan limpio como el etanol y eficiente como la gasolina, su nombre: 2,5 dimetilfurano. 

El etanol, el único biocombustible que es producido hasta ahora en grandes cantidades. Pero eso podría cambiar gracias al ingenio universitario.

Investigadores de la Universidad Nacional, sede Medellín, avanzan en la optimización del “biocombustible 2,5 dimetilfurano”, que sería el reemplazo de la gasolina por su eficiencia energética y buen impacto ecológico, tal y como ya se ha comprobado en varios centros de investigación estadounidenses.

El grupo de investigación en Bioprocesos y Flujos Reactivos de la Facultad de Minas trabaja en la producción óptima de este biocombustible, que resultaría más apto para el ambiente que el etanol y tan eficaz como la gasolina. El 2,5 dimetilfurano tiene una temperatura más alta que el etanol, lo cual disminuye la pérdida de combustible por evaporación y los riesgos de explosión por gases volátiles.


 

Eficiente

Los expertos dicen que este biocombustible, hasta ahora poco investigado, tiene 40 por ciento más energía que el etanol.

Además, al ser insoluble en agua, evita la absorción de humedad del ambiente y la disminución de su rendimiento en el motor.

Utilizar un motor con etanol resulta menos eficiente que cuando se usa gasolina. En cambio, con 2,5 dimetilfurano el consumo en galones va a ser el mismo y el rendimiento igual, pues como son compuestos tan parecidos no habría traumatismos en el motor por el cambio de combustible.

El buen rendimiento y la conveniencia ambiental se suma a la escasez. Según la Organización de Países Productores de Petróleo, Opep, las reservas de la organización no durarán mucho y bien podrían fallar sus suministros hacia el 2037.

El investigador Andrés Felipe Sierra Salazar explica que “este biocombustible se puede obtener de cualquier fuente vegetal que contenga azúcares de seis átomos de carbono”. Para esto, dice el académico, se utiliza material lignocelulósico (residuos que no sirven para la alimentación, como cáscaras o tallos) y amiláceo (excedentes que contengan almidón).

Antes de obtener el biocombustible se prepara un compuesto conocido como 5 hidroximetilfurfural, que luego, en un proceso de conversión catalítica, se transforma en 2,5 dimetilfurano.

Algo que alivia la preocupación de quienes argumentan que no se debería “malgastar” alimento en la producción de combustibles, en una sociedad hambrienta como la nuestra.

Aunque los expertos son cautos, y afirman que este biocombustible alcanzaría a incursionar en el mercado en unos 10 años.

“Nos veríamos beneficiados porque este producto proviene de material vegetal; además, usarlo significaría dejar de utilizar combustibles derivados del petróleo, por lo que habría una renovación de CO2 en el ambiente”, concluyó Sierra.

Combustibles fósiles

Se agrupan bajo esta denominación el carbón, el petróleo y el gas natural, productos que por sus características químicas se emplean como combustibles.

Se han formado naturalmente a través de complejos procesos biogeoquímicos, desarrollados bajo condiciones especiales durante millones de años. La materia prima a partir de la cual se generaron incluye restos vegetales y antiguas comunidades planctónicas.

La combustión de este tipo de combustibles produce emisiones de gases tales como dióxido de carbono, monóxido de carbono y otros gases que han contribuido y aún contribuyen a generar y potenciar el efecto invernadero, la lluvia ácida, la contaminación del aire, suelo y agua.

 

 

 

 

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