El Centro de Convenciones e Investigación Ambiental Piamonte, ubicado en el barrio Santa Ana, se convirtió en área protegida. Tendrá mariposario y aulas de investigación ambiental, entre otras.
Para las empresas constructoras es una pésima noticia, pero es una noticia feliz para la gente del norte del Valle de Aburrá: el cerro Piamonte acaba de ser declarado reserva ambiental, una categoría administrativa que protege sus 13.000 metros cuadrados del humo venenoso de las industrias, del ruido de los carros, del gris de los edificios, del acoso de las basuras. El llamado segundo jardín botánico del área metropolitana está a salvo.
El 97 por ciento de Bello pertenece al sector urbano, de ahí la urgencia de una decisión como la que acaba de tomarse, reconoce Leo Rodríguez, presidente de la Mesa Ambiental: “trascender la selva de cemento y el hacinamiento que prevalece en nuestro municipio para darle paso a un nuevo orden ambiental es una gran noticia”, dice el líder cívico.
Este es, advierte Óscar Andrés Pérez, alcalde de Bello, el proyecto ecológico más ambicioso en la historia de esa población, una de las de mayor expansión urbana del Valle de Aburrá, hasta el punto que sus laderas ya han sido copadas por más y más proyectos de construcción.
Gabriel Arcángel Arenas Cardona, habitante de Bello y gestor ambiental, recuerda que en su niñez disfrutó de las mangas lejos de la ciudad, la arboleda y los frutales que rodean a Piamonte. Él cuenta que la historia del cerro está enmarcada en la tradición de las primeras familias ancestrales que conservaron el lugar y nunca dejaron que el cemento lapidara a la naturaleza.
Piamonte es, según la comunidad y la Alcaldía, una apuesta por el paisajismo que, entre otras atracciones, ofrecerá actividades ambientales, un mariposario, un centro de convenciones, auditorios, viveros de exposición forestal, talleres de investigación y plazoletas de eventos al aire libre.
Al declararlo zona de reserva, Mauricio Faciolince, director del Área Metropolitana, destacó que lo importante de Piamonte es que permitirá proteger a perpetuidad buena parte de las riquezas naturales y culturales que aún no han sido depredadas por el auge constructor que ya devoró la mayoría de zonas verdes del Valle de Aburrá.
En la construcción de la primera etapa de Piamonte, el Área Metropolitana invirtió 2.500 millones de pesos para la compra de los predios y las obras de paisajismo. El Municipio de Bello, por su parte, destinó 3.500 millones de pesos para la adecuación del lugar.
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