Las partículas de humo producidas por automóviles ubican a la ciudad en el primer lugar del mundo por contaminación derivada del combustible. Las autoridades hacen esfuerzos para reducir los niveles de polución.
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De 6.000 vehículos de servicio público que circulan en Medellín, sólo 110 cuentan con filtro de gases. |
Cerca de 500 mil vehículos circulan diariamente por la red vial del Valle de Aburrá. 10 mil son vehículos de transporte público y carga, cuyo trajín les impone ir y venir varias veces durante la semana en una incesante combustión de gasolina y diesel.
Jairo Loaiza, conductor particular hace 2 años, ve con preocupación cómo buses con más de 32 años de servicio todavía circulan por las calles y avenidas de Medellín “Es que ni repotenciados dejan de ser chimeneas rodantes. Es tanto el humo que botan que parecen envolverse en él”.
El Área Metropolitana lo tiene claro: los grandes contaminantes del aire en la ciudad son, en un 83 por ciento, los vehículos, y en un 17 por ciento industrias. Es decir, contrario a lo que suele creerse, el aire venenoso que oscurece el cielo de Medellín es obra, en un 83 por ciento, de los conductores cómodamente sentados tras el volante.
En lo que va del año, 35 mil vehículos y 8 mil motos han sido inspeccionados para comprobar que sí tienen el certificado de gases y de revisión técnico-mecánica, en un esfuerzo de las autoridades por evitar que automóviles contaminantes rueden por las calles como si nada.
El exceso de monóxido de carbono y óxido nitrogenado, entre otros excedentes venenosos, son los culpables de la capa negra que cubre el cielo del Valle de Aburrá y que luego se precipita sobre las casas, los árboles, las personas, los mismos vehículos, en un círculo pernicioso que, hasta ahora, no parece tener solución.
El Material Particulado respirable se ha elevado 3,5 veces en los últimos años con un promedio de 70 microgramos, muy por encima de los límites calculados por la Organización Mundial de la Salud, OMS, que sugiere que deben ser de 20 microgramos.
Esas partículas, advierte Carlos Arturo Torres, médico de la Fundación Neumológica Colombiana, “no solo afectan la capa de ozono sino que producen alergias y, en el mayor de los casos, asma, bronquitis, neumonía y cáncer pulmonar”.
Los sectores que presentan mayores niveles de contaminación por material particulado son el centro y sur-occidente de la ciudad, atribuido al tránsito vehicular. En tanto el área que mejor calidad ambiental por material particulado registra es la estación Universidad de Antioquia.
Hasta la fecha, apenas 110 buses con motor diesel, de los 6 mil que ruedan por las calles de la ciudad, cuentan con filtro de gases, una cifra muy por debajo de la deseada, pues la mitad del parque automotor tiene más de 30 años de servicio, lo que convierte a la capital antioqueña en la chimenea de Colombia y, tristemente, de América entera, junto con México D.F.
El diesel que se consume en Medellín tiene 4.500 partes por millón de azufre, el de Bogotá tiene 1.000, el de África 500 y el de Europa 30. Según el Colectivo Ambiental de Antioquia, aquí se consume el combustible más contaminante del planeta. Gases como el monóxido de carbono, el óxido de azufre, el óxido de nitrógeno, hidrocarburos, aerosoles, sulfuro de hidrógeno, cloruro de hidrógeno ,fluoruro de hidrógeno, ozono, plomo, dióxido de carbono y los compuestos orgánicos volátiles, hacen que este sea el aire mas venenoso que produce el planeta.
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