La Conferencia de Convención de Basilea insta a minimizar residuos peligrosos

21.10.2011 15:06

 

Paula Caballero, directora de Asuntos Económicos, Sociales y Ambientales del Ministerio de relaciones Exteriores, admitió que "hoy en día, los patrones productivos y de consumo generan cada más desechos, y también hay que reconocer que por necesidad u obligación se van a generar estos en grandes cantidades. Por ello, hay que manejarlos de la manera más adecuada". Colombia recibirá este lunes en Cartagena la presidencia de la Convención de Basilea, de manos de Indonesia. 
 


La organización de la Décima Conferencia de las Partes del Convenio de Basilea (COP 10), que comenzará el lunes en la ciudad de Cartagena, instó hoy a la comunidad internacional a que prevenga y minimice la generación de residuos peligrosos.

 

"La mejor manera de gestionar y manejar el residuo es no generarlo", dijo la directora de Asuntos Económicos, Sociales y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Paula Caballero, del equipo organizador de la COP 10.

 

Unos 400 delegados de más de 115 países participarán en COP 10, que irá hasta el día 21 y que adoptará la llamada Declaración de Cartagena, con decisiones y compromisos para los 178 Estados miembros de ese instrumento.

 

La Convención de Basilea, de 1989, es un tratado ambiental único para el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación.

 

Caballero resaltó que este instrumento es altamente relevante en un contexto de economías caracterizadas por altas tasas de demanda y consumo de toda suerte de productos que "al finalizar su ciclo de vida pueden generar enormes cantidades de desechos peligrosos".

 

“Lo que se está buscando es un manejo integrado que respete las necesidades de los países y el manejo armonizado a escala internacional, de modo que los residuos se manejen y controlen de la manera más adecuada", dijo la funcionaria.

 

La directora de Desarrollo Sectorial y Sostenible en el Ministerio de Ambiente, Marcela Bonilla, dijo que el problema exige no solo tecnologías y regulaciones.

 

También capacitación de personal, desarrollo de infraestructuras, capacidades en laboratorios y empresas que de manera especializada  y tecnificada gestionen de forma integrada los residuos.

 

Además, dijo que es necesario elaborar información consolidada, guías, manuales y documentos de referencia, y llegar a una gestión conjunta entre los sectores público y privado.

 

Andrea López, experta en gestión de productos químicos en el Ministerio de Ambiente, dijo que los países en vías de desarrollo, como el suyo, tienen problemas con los residuos de plaguicidas usados en la agricultura, los aceites lubricantes, las baterías de los vehículos, las pilas y los biológicos que se generan en los instituciones de salud.

 

Pero también con los emergentes, que es general para todo el mundo y que se derivan de los avances tecnológicos.

 

Son los llamados residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), observó la experta López, quien indicó que se prevé que esta sea una de las corrientes con mayor crecimiento en la generación de desechos peligrosos.

 

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